lunes, 6 de diciembre de 2010

caída del muro de Berlín.


En 1945, al término de la segunda Guerra Mundial, los vencedores de Alemania (Estados Unidos, la entonces Unión Soviética, Inglaterra) ocuparon y dividieron, para su control, el territorio alemán. Esta divisón fue una consecuencia directa del conflicto armado entre los poderosos del mundo: ninguno de los vencedores quería que el antiguo régimen facista volviera a adquirir poder. Los Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron ocupar el país para después hallar un régimen pacífico y de libertad para los alemanes.
Berlín, la capital, también fue dividida. La división física de la ciudad se consumó en agosto de 1961 con la construcción de un muro comunista de separación, motivada por el hecho de que el régimen de la República Federal Alemana no podía frenar de otra manera la creciente corriente de fugitivos que querían desplazarse al otro lado de Berlín.
Con la construcción del Muro de Berlín, surgieron dos países. En el oeste (República Federal de Alemania) y en el este (República Democrática Alemana), existían sistemas de gobierno, ordenamientos económicos, ejércitos y compromisos de alianzas diferentes. En la década de los ochenta, la Unión Soviética expresó al mundo el comienzo de sus reformas al régimen socialista, con el canciller soviético Mijail Gorvachev. Ese fue el inicio de una ola de protestas, de movimientos sociales que acabaron por transformar el bloque socialista.
El estado de división política finalizó el 3 de octubre de 1990 cuando la República Democrática Alemana se incorporó a la República Federal dejando así de existir cuatro décadas después de su fundación. Derribado el muro de Berlín en 1989, las posturas también se hicieron opuestas en cuanto al futuro de la Alemania reunificada.

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